Cómo manejar el fracaso

No existe en el mundo una persona que a lo largo de su vida solo tenga éxitos y victorias. Todos experimentamos retrocesos, renuncias, pérdidas, fracasos. Todos cometemos errores.
El fracaso es común a todos nosotros. Una de las cosas más importantes en la vida que podemos aprender es: cómo manejar el fracaso. La gente exitosa sabe como cambiar y que cambiar. Cada fracaso en una experiencia de aprendizaje semejante a una escalera de piedra para ascender al éxito futuro. Aunque las razones y causas del fracaso son numerosas veamos tan solo cinco causas comunes que contribuyen al fracaso.

1. Falta de planeación. Un viejo dicho dice, “Si fallas en planear, planearás para fallar”. En la Biblia podemos leer: El hombre prudente ve el mal y se esconde, los simples siguen adelante y pagan las consecuencias (Proverbios 27:12LBLA). Basta recordar la historia de Noé, él tuvo visión de futuro y planeo construir el arca mucho antes que el diluvio llegara.

2. Proclamar victoria antes de tiempo. Tal vez hayas visto algún documental sobre la caza de ballenas, bueno, el punto es que para encontrar su alimento tiene que recorrer grandes distancias, soportar el frío y la presión de las profundidades del mar, pero cuando se ve en la necesidad de respirar, es cuando la ballena es arponeada por los cazadores. Un ejército o un pelotón es altamente vulnerable después de una victoria, no podemos cantar victoria antes de tiempo. El rey Salomón escribió: Delante de la destrucción va el orgullo, y delante de la caída, la altivez de espíritu. (Proverbios 16:18 LBLA).

3. Miedo de tomar los riesgos necesarios. El temor al fracaso puede causar el fracaso. Nos preocupamos de lo que otros puedan pensar de nosotros si llegamos a fracasar, así que no lo intentamos. Fran Tarkenton ex-entrenador de los Vikingos de Minnesota dijo—el temor te prepara para ser un perdedor. Las oportunidades son únicas. Veamos lo que dice la Biblia sobre este punto. El temor al hombre es un lazo, pero el que confía en el Señor estará seguro (Proverbios 29:25 LBLA).

4. Rendirnos antes de tiempo. En muchas ocasiones el éxito está a la vuelta de la esquina, y abortamos la misión antes de tiempo. Cuántos de nosotros no hemos visto que un juego se gana en los últimos segundos del partido. Si a la primera no logramos el éxito, intentemos otra vez y si fracasamos volvamos a intentarlo. El sabio Salomón lo expresó de la siguiente manera: El alma del perezoso desea, pero nada consigue, mas el alma de los diligentes queda satisfecha (Proverbios 13:4 LBLA).

5. Ignorar el consejo de Dios. Para los cristianos la Biblia es nuestro manual de vida. En ella encontramos instrucciones prácticas, consejos para el trabajo y el hogar, si ponemos atención encontraremos principios para tener finanzas sanas, leyes para las relaciones y recomendaciones para la salud. Cuando fallamos al seguir su consejo, nos meteremos en problemas. Dios dice: Hay camino que al hombre le parece derecho, pero al final, es camino de muerte (Proverbios 14:12 LBLA).
Hasta aquí de causas que contribuyan al fracaso. Veamos ahora, como comenzar una vez que hemos fracasado
1. Acepta la responsabilidad de tu propio fracaso. Si hemos cometido un error. ¡Admitámoslo! Bienvenido a la raza humana. No echemos la culpa a otros. Los perdedores se justifican a sí mismos y le echan la culpa a la mala suerte, a la economía, el jefe, a su esposa (o), a sus padres, al sistema, a su falta de estudios, e inclusive culpan a Dios por su infortunio. Los ganadores no culpan a otros, ni se excusan a si mismos cuando fallan. Asumen su propia y particular responsabilidad, ante Dios y ante los que se han visto afectados por sus yerros. En el libro de la sabiduría leemos: El que encubre sus pecados no prosperará, mas el que los confiesa y los abandona hallará misericordia. (Proverbios 28:13 LBLA).

2. Busca y reconoce los beneficios del fracaso. El fracaso es una de las formas que Dios usa para que enderecemos el rumbo que llevamos. Por ejemplo: · El fracaso te muestra lo que no funciona. Thomas Edison dijo: —no lo llames fracaso, ¡llámalo oportunidad!
Te lleva a ser más creativo y buscar por nuevos caminos.
Te previene de la arrogancia y del egoísmo. Si todo en la vida fuera éxito, nadie podría vivir con nosotros
Nos lleva a evaluar y revaluar que es lo más importante en la vida.
Si pensabas que nadie tiene cuidado de ti, revisa las siguientes porciones de la Biblia.
Pues los caminos del hombre están delante de los ojos del Señor, y El observa todos sus senderos (Proverbios 5:21 LBLA).
Reconócele (a Dios) en todos tus caminos, y El enderezará tus sendas (Proverbios 3:6LBLA).
3. Pide a Dios sabiduría para entender la causa. Después de fracasar muchos nos preguntamos ¿porqué fracasé? ¿existirá alguna razón lógica que contribuyó al fracaso? ¿qué fue lo que no hice bien? Veamos algunas razones del inconsciente o del alma que en ocasiones sabotean nuestros esfuerzos:
El temor al éxito. Esto significa tener que llevar más responsabilidad que tenemos que llevar y que no queremos afrontar.
La culpa. Si sentimos que no merecemos el éxito porque tenemos una bajo concepto de nosotros mismos, nos colocamos en la posición para fracasar. Debemos creer lo que Dios dice de nosotros y no lo que la gente dice que somos.
El resentimiento. Algunas personas fracasan como una forma de desquitarse de aquellos que los presionan a tener éxito, sin darse cuenta que es a ellos mismos a quienes están dañando.
Pero si alguno de vosotros se ve falto de sabiduría, que la pida a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada. (Santiago 1:5 LBLA).

4. Supera el pasado y enfócate en el futuro. ¡El pasado está pasado! No lo podemos cambiar, no podemos regresar a él, así que debemos dejar de preocuparnos o lamentarnos por el. El apóstol Pablo escribiendo a los cristianos de la iglesia de Filipos les dice: Hermanos, yo mismo no considero haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y extendiéndome a lo que está delante, prosigo hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús (Filipenses 3:13-14 LBLA).
Nunca llegaremos al fracaso, si nunca nos rendimos. El fracaso nunca es el final, hasta que tú lo permites.
Si te sientes fracasado o crees que la vida no vale la pena vivir, es tiempo de que te pongas a cuentas con Dios. El esta tan cerca como una oración. Si tienes que pedir perdón a alguien, no dudes en hacerlo. Si tienes que perdonar a alguien, perdónalo inmediatamente. ¡Nuestra victoria esta en Cristo!